30 de abril de 2011

Untitled by Antepenúltima
Untitled, a photo by Antepenúltima on Flickr.

Esos jóvenes mas o menos descarriados de los que se habla en los telediarios; la generación más preparada académicamente y la que, dicen, peor lo pasará en el futuro. Los hijos de puta que dejamos latas o bolsas por los suelos de cualquier plaza con nuestras miserias y grandezas mas alguna historia para no dormirse.


Los niños de las Game Boy Color, cigarros en la puerta del instituto y la banda del patio. Difuminadas historias de Miguel Ángel Blancos que tardamos en comprender. Noches y más noches que por despiste se nos eclipsan en la segunda década, los gloriosos 20. Alguna vez me invitó a su azotea una campanilla sin vestido verde y grandes dilataciones. Los incrédulos asienten, el más sordo puede bailar esta canción.

24 de abril de 2011

-ar, -er, -ir.

Actuar. Componer. Improvisar. Escuchar. Mentir. Dar. Leer. Recibir. Grabar. Pintar. Dormir. Besar. Fotografiar. Andar. Cantar. Oir. Tocar. Escribir. Arriesgar. Hablar. Discutir. Follar. Callar.
Beber en un bar de primeras, segundas y terceras conjugaciones que, por sí solas, podrían no servir de nada sin un buen motivo que las suscite.

21 de abril de 2011

Crrtr Gral, 155.

Por las idas y venidas, por lo que cada cual decide hacer con su vida, por las razones que nunca existieron para quedarnos y, pese al miedo al señor del adiós, la distancia y el olvido, dejamos de ser 4 en casa. Por el mismo motivo hoy, para cenar, volvemos los mismos.

Además, recuerdo que hace tiempo que le prometí a Koki un "nunca mas", se acabaron las macabras bromas telefónicas de todos y cada uno de los días que, para variar, decido pegar un telefonazo a Canarias. Nunca más salté con aquello de -¿y qué?, ¿Ya se ha muerto el perro?- en compañía de la mítica respuesta de mi madre.. -¿Tú vas a parar algún día de matar al pobre perrito?-. Hoy, aunque él no se haya dado por enterado, nos hemos regalado un paréntesis. Parece mentira que haya envejecido tanto sin tiempo a darme cuenta pero, sin duda, lo que me deja atónita es que a sus 82 años perrunos todavía fuera capaz de correr tras las míticas pompas de jabón y yo, que siempre fui fiel admiradora del pasado, no he querido dejar pasar la oportunidad de sentirme como cuando tenía 11 años y pocas ganas de hacer los deberes..

20 de abril de 2011

Freud, revuélvete en tu tumba. Los sueños ya no son lo que eran (I)

Esto no puede estar sucediendo. Tengo que haber hecho algo mal para que, después de años investigando, por fin los resultados hayan conseguido empatar con la congruencia. No lo puedo creer. Empiezan a encajar las ambiguas e inconstantes piezas del misterio. He abierto la caja de Pandora de la estructura de los sueños, los entresijos de nuestro propio yo. Sí, están tendidas al sol las escondidas vergüenzas de aquel que nos es tan desconocido. Tengo lo que Freud no pudo conseguir.


Tuve mil disparatadas ideas que, finalmente, se combinaron para crear algo real y, a su vez, un arma de doble filo. Se trata de una sustancia química que, aplicada en una zona concreta de la amígdala y en un instante preciso del ciclo REM nREM, podría ser capaz de bloquear los terrores nocturnos crónicos al finalizar el tratamiento.

Tenemos el medicamento y el veneno; la droga de los frustrados detallistas y la frivolidad con la que la ciencia baila entre lo mundano. He encontrado una escalera e intuyo la casa donde duerme la potencia de cambiar el mundo. He divagado de experimento en experimento, he sometido a escrutinio cada resultado favorable para no caer en el error, incluso, me he decepcionado con las mil y un veces en las que no he tenido razón y, ahora que la tengo, no sé si alegrarme por ello o temer lo peor.

(..)

18 de abril de 2011

Suena a blues y verdosos

A veces recordamos la vida como algo mas parecido a una pelicula que a un hecho real. Esos juegos de la memoria también me aturden.

http://listen.grooveshark.com/s/Pagan+Baby/2BBPzY?src=5

11 de abril de 2011

Volver sola. Venga, di que esperabas que la boca te supiera a esto hace un mes. Tu monotonía ha derribado pilares en su esfuerzo por suicidarse. Dentro de seis meses recordar esto ni siquiera va a ser tan divertido como cuando me obligué a asentir en un portal rico en pérdidas ajenas a todo esto. Eran otros tiempos.

Hoy tampoco han cambiado tantas cosas, soy una frustrada hache muda después de nada que decir. Un animal de Lunes a Domingo, los Jueves empiezo a buscar la forma de convertirme en horizontales torbellinos que logren escabullirse y romper algo al mismo tiempo.

Me quedé con las ganas de enseñarte un anticuadonuevo barco del que evito hablar a la gente. Eché el ancla ante el miedo de que te convirtieras en mar. Se te ve bien en el muelle, desde lejos. No te ves, pero el secreto es que no pareces confundida, ni siquiera te acariciará la cabeza la pregunta de qué te hizo llegar hasta allí. Cualquiera puede tratar de volver a su casilla, pero el modo en que lo hace sólo lo conoce cada uno. Sobre mi mesa, dos cafés se miran con cara rara y se preguntan si, al final, van a quedarse fríos.

Soy la caída de ojos, una oruga en mi edredón, una sonrisa entre los vasos de tubo, un momento de inflexión y un sofá que te parecerá más agradable los viernes que los martes. Perdóname la cara de circunstancia, pero tengo remordimientos que creo que ni siquiera son míos. No preguntes por qué.


Porque es lo último que una hache puede hacer por todo esto sin intercalarse donde no debe, para que me arrepienta mañana; para cubrirme las espaldas si dentro de medio cuento se me hace evidente la estafa que me hizo la normalidad.

7 de abril de 2011

Cartas de Kafka

Hoy, al caer la tarde, he dado un paseo más o menos largo sin compañía. En realidad, es la primera vez que lo hago, porque en general salía a caminar con otra gente o, más a menudo aún, me quedaba en mi alojamiento, acostado. ¡Qué campiña ésta! ¡Ay, Mílena, si usted estuviera aquí, y tú, pobre cerebro incapaz de pensar! Y, sin embargo, mentiría si dijera que la extraño. Es el hechizo más perfecto y más doloroso. Usted está aquí, igual que yo y con mayor intensidad aún; allí donde yo estoy, está usted, como yo y más intensamente aún. No bromeo. A veces imagino que usted -que está aquí- extraña mi presencia y pregunta: "¿Pero dónde está? ¿Acaso no escribía diciendo que estaba en Merano?"

B-

Elegir No para que, sentada, nunca esperes el gesto afirmativo. Ante todo, evita la exigencia… mi olmo nunca ha sido rico en peras. Puede que se agotaran las reservas de azúcar que, con más o menos constancia, me encargué de recoger en cada desayuno. No pasa nada, no se vive tan mal entre diabéticos, pero por las noches el frío amenaza con colarnos alguna que otra trampa bien maquillada.

Lee cansada líneas que sólo hablan de lo de siempre, del tiempo, de casualidades; amenazas sin compulsar, libros, recuerdos definidos por encima, más parecidos a un olor que a un estructurado recuerdo o dolor de cabeza. La profundidad puede llegar a ser demasiado íntima para este mundo. Aquella noche lo incomprensible, lo fuera de lugar y la lógica lógicamente ilógica tocaron un blues sobre el escenario. Cantaron la historia de alguien que antes no restaba y, desde que aprendió a dividir, el resultado siempre le daba negativo.

Le sorprendió una simple pregunta cuando más la esperaba y miedo le tenía. Le obligó a decidir entre ser un Sí o un No. Tratar de definirse entre dos opciones herméticamente cerradas que se discuten con el fin de ponerse en entredicho y no solucionar nada. Una opinión tan subjetiva no cambia ni un insignificante aspecto de La Tierra, pero pensarás en ello y ni siquiera el tono azul habrá sido constante a lo largo del tiempo.


Todos sabían que era un Sí en potencia, pero nunca se cerraban tratos. Contaba siempre lo mismo con distintas palabras. Lo odiaba. Se esforzaba en añadir, quitar y buscar el equilibrio, hasta llegar a la conclusión de que tan sólo a él aspiran las balanzas.

The Cave

3 de abril de 2011

Cansada, me recosté sobre la cama y tuve un momento de lucidez optimista. Por fin fui consciente, traté de hacer evidente la realidad; mi realidad. Me había ido, escribí monotonía en un papel y lo rompí en tantos trozos como pude. A partir de ahora nunca podrán imputarme por haberme dejado llevar al rincón de una estantería que ni siquiera me gustaba. Había decidido ser un paso adelante, un podría ser convertido en Sí. Esa noche en el menú figuraban experiencias con fecha de caducidad para bolsillos vacíos, por lo menos durante un año, después ya veríamos, pero ya ni siquiera el pasado sería el mismo y cada mes tararearía una canción nueva.

Sentí pena por esa guitarra que, años después, siguió colgada tras el cristal de aquella tienda de instrumentos, recibiendo balas de ojos desinteresados mientras yo me entretenía con otras con más nombre que historia. Un día soñé que nunca nadie nos superó jugando a llevársela a casa.