1 de febrero de 2011

Tenía toda la tristeza del mundo metida dentro del pijama(...). Podía escuchar a cualquiera que hiciera ruido. Sabía que antes de que acabase el día se sentiría un Dios o un imbécil. Notaba que algo se iba desgastando dentro, lo notaba de verdad, como la pila de una linterna. La gente hablaba de aeropuertos y lavadoras, pero él sólo podía pensar en huracanes.

Una chica le dijo que nunca llegaría a nada. Desperdició un pase de gol. Su madre pensó que él pensaba cosas que no pensaba. Se sintió mejor cuando alguien le dejó solo. La gente dice que no es normal porque no consigue sonreír los lunes. Los lunes le decían: Esto es lo que hay, pero él se sentía como si le estuviesen metiendo los dedos en una picadora. Le hablaban de trenes y domingos y él sólo podía pensar en huracanes.

Héroes

1 comentario:

pintamonadas dijo...

ese, señorita, es un gran gran libro (: