27 de enero de 2011

Todo trataba del círculo vicioso. De unir casualidades, de empatar noches, de inventarse a un cuerdo en un callejón sin salida. Cambios espacio-temporales y grandes dosis de ficción. Todos podemos hablar sobre el humo. Hay recuerdos que se pasean y entran hasta la cocina haciendo un guiño a los nuevosantiguos trucos que se sientan en el sofá de la monotonía.

Jugaban a olvidar poner la guinda al pastel, a descuidar los puntos finales y hacer malabares con los seguidos. Vivían lo que escribían de la misma forma que pocas veces escribían lo que vivían. Siempre se trató de unir historias, de lamerse el labio y seguir abusando de los puntos suspensivos.

2 comentarios:

pintamonadas dijo...

no deberíamos abusar de los puntos suspensivos. Dejar entre corchetes cosas sin contar es caer en el error de no saber decir, de dejarse en la recámara. Esas palabras se recuperan con el tiempo, pero luego es tarde...

m dijo...

me ha encantado el corto :D