25 de enero de 2011

*Y entonces moriremos sin saber qué se siente cuando vuelves a nacer.

Creo que a mi guitarra cada vez le seduce un poco menos la idea de estar en mis manos, es algo que no comprendo y a lo que no me voy a acostumbrar. Sé que se ha cansado de la misma canción y el resto no se ha cortado al lanzar bombas de humo.

Estoy segura de que, pese a todo, con un poco de imagínatequé volveré contenta a casa el viernes por la noche. Mientras tanto, deambulo, fumo, me río, uno palabras, añado una A y no me despido. A la mañana siguiente jugaré a engañarme con quien me mejore el cuento, como si me hubiera apostado algo y no me hubiera salido del todo mal, como si por fin no fuera domingo y las resacas nos rascaran la cabeza.

1 comentario:

pintamonadas dijo...

a tu guitarra le hace falta un poco de pintura y unas dosis de amor de pincel