20 de diciembre de 2011

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Tengo los nervios nerviosísimos, con las puntas abiertas y los huesos asomados a la ventana. Tengo frio y la sartén por el mango, un halo y tres coronas de espinas. Un dilema contra la pared, un no deber nada, unas impotentes ganas de morderte la oreja como aquel famoso boxeador que, siendo el más animal, también era el más millonario.

Tengo un mundo y mil maneras de desmoronarlo, de moverme y de doler. Me encanta esta música, diría que esta canción suena por mi y me deja sentirme viva. Bajadas las luces y encendido el fuego me encontré agusto con lo hecho, desde entonces no hizo falta saber de más.

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