27 de marzo de 2011

La casualidad del día me ha tirado la copa en un torpe cruce, el ruido del silenciointravenoso no me deja recordar la canción.

Hoy he desayunado con una chica ciega, he quedado impresionada y he estado cerca de agradecerle que no tuviera un mapa situacional del gesto. Créeme, no es comparable el valor de los palos de ciego, pero hoy éramos dos desorientadas tanteando el terreno.

Me ha preguntado por el tiempo, las ramas de los árboles se mueven y el día está gris, lo típico, ha añadido. Yo diría que va a llover.

Me han aturdido los pequeños y medidos pasos estratégicos para sumar cereales a la ecuación del blanco, no sé, no hay espejos y estoy tras una pared con agujeros.

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