4 de noviembre de 2010

Tengo al pasado gritándome en el oído, echándome en cara hasta lo que ya ni recuerdo, con un dardo de hielo y un castigo determinado por el tiempo.
Es como cuando después de todo te encuentras con tu otra parte, la mas escurridiza, la que tampoco les llamará hoy, la que cada vez está menos.

Fumando hachís ante las grandes puertas de madera que nunca se le cerraron, no sabe ser capaz de pedir/les perdon/es y seguir siendo la misma.

1 comentario:

Marta Santorini dijo...

Paciencia querida amiga, mucha paciencia.