24 de octubre de 2010


Puede que todo esto empezara un fin de año, quizás sucediera después de las 4 de la mañana, había ruido y un sofá, por otro lado estábamos un trofeo a modo de cenicero y yo preguntándonos la estúpida cuestión que desencadena la última página del calendario.

Después del todo, lo simétrico se ha empeñado en mostrarse asimétrico, los tonos graves ahora cantan en agudo, y un domingo gris, después de todo, sigue manteniendo el riguroso luto.

Las prioridades se empeñaron en pesar, en pender de un hilo. Asumo la responsabilidad que me pueda corresponder tanto como me aprovecho de los beneficios que conlleva.

1 comentario:

Marta Santorini dijo...

Ya queda poco para sacar a relucir de nuevo la cuestión del calendario.
Uns tristeza o una alegría. Todo depende del ojo que mire ;)