24 de febrero de 2011

Me he fumado mi don en las entrelineas, se fueron con los propósitos de cualquier principio de año. Al tiempo, la chica que está sentada en la ventana no se cree lo que le ha pasado, no lo sabe, pero aún no ha llegado lo mejor. Tiene una intuición, un propósito intacto en aliento, presencia y ganas de no ser, pero hacerlo sencillo.

La pausa de lo que corrió a la velocidad de la luz. Imagina, piensa y dibuja las comas de su vida, le hace un rizo a un recuerdo y lo coloca detrás de su oreja.

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