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Y ENTONCES SONREÍ FUERTE, DECIDIDA Y PATETICAMENTE COMO AQUELLOS QUE LO HACEN SIN TENER UN PORQUÉ.

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Como cuando ves algo bonito, ajeno y bonito, y no puedes evitar las ganas de sonreir basándote en el fuerte argumento de no tener un porqué.. No te sorprendas por la extraña sensación de tus comisuras. Se llaman agujetas, y aunque sepa que son a causa de la inactividad del músculo, tratarás de seguir viviendo sin pretender haber pensado nunca en lo difícil que resulta últmamente sonreir. Entonces apoyas la cabeza en la almohada, rellena de mundos ideales con los que ni siquiera alcanzas a soñar: escaleras de tres peldaños que te llevan al cielo y donde, para variar, espera alguien para contarte nadiesabemuybienelqué y romperte la cabeza (aunque de esto no te darás cuenta hasta el final. Si, es la moraleja), porque el mundo será perfecto si te lo dice, los pájaros reptaran y las serpientes piaran si ella lo sueña. (...)

Y las agujetas? Las agujetas piensan quedarse, por lo menos, tres días.. lo que tarda la inactividad del gesto en superar las torpezas solucionándose todo en 3 caricias.